domingo, 22 de diciembre de 2019

La puerta



-A ver si me entero, desde el principio…
-¡Se lo he lo he explicado mil veces!
-Bueno, pues una más. Mire Fermín, yo tengo que redactar un informe y no quiero que mis superiores me tomen por un imbécil. No puedo decir que una persona, o sea, usted, Fermín, aparece misteriosamente en el interior de la sala acorazada del Banco Central asegurando que simplemente apareció allí como por arte de magia. Nadie va a creer eso.
-Mire, señor comisario…
-Inspector
-Pues inspector. Se lo vuelvo a repetir. La pasada nochevieja, como todos mis compañeros, acudí al laboratorio porque el profesor Sagredo, nuestro director, quería que tomásemos todos juntos la uvas con su reloj. Todos estábamos allí y unos minutos antes de las doce el profesor destapó un cilindro en el que había un contador digital. Cuando faltaban unos segundos para la medianoche el cilindro empezó a emitir unos sonidos, unos bips como de advertencia y a continuación, asombrosamente, emitió el sonido de un carillón. Sonaron los cuartos y a continuación las campanadas. Todos estábamos asombrados con aquel sonido envolvente, como si estuviéramos en un cine. Empezamos a comernos las uvas y con cada campanada todo empezó a cambiar. Las estanterías, las paredes, el suelo… Todo empezó como a derretirse. Miré a mi alrededor y mis compañeros parecían desvanecerse en una enorme espiral que lo iba atrapando. Entonces me asusté y corrí hacia la salida pero la puerta desapareció. Me di la vuelta y me encontré frente al despacho del profesor Sagredo. Entré y tras el escritorio vi una puerta metálica que no había visto nunca antes y que permanecía rígida y estable mientras todo parecía derretirse. La abrí y… aquí estoy. Lo demás ya lo sabe.
-¿Se da usted cuenta de que me está contando una película?
-¡Le estoy contando la verdad!
-Y dice usted que trabaja en el laboratorio de físicas experimentales de la Universidad, que nació en 1986 y que tiene usted 33 años…
-Sí, claro.
-¡Pero es que estamos en 2036! ¡Tiene usted 50 años!
-Espere… Ahora que lo recuerdo, en esa puerta había escritas dos palabras…
-¿Qué palabras eran esas?
-Sobre una franja blanca de parte a parte de esa puerta, en grandes letras rojas ponía “ENTRADA de EMERGENCIA”


Este relato participa en la convocatoria de @divagacionistas de diciembre de 2019